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AJO

ajo

Ajo

Introducción

El ajo o Allium sativum es una especie tradicionalmente clasificada dentro de la familia de las liliáceas. Actualmente se ubica en la de las amarilidáceas. Este extremo es muy discutido actualmente. Al igual que la cebolla (Allium cepa), el puerro (Allium ampeloprasum) y la cebolla de invierno o cebollino (Allium fistulosum), es una especie de importancia económica ampliamente cultivada y desconocida en estado silvestre.

 

Curiosidades sobre el ajo

El ajo posee dos sustancias volátiles, la aliina y el disulfuro de alilo, responsables del penetrante olor característico y de algunas de sus virtudes medicinales, que varían según se tome crudo o cocinado.

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Taxonomía

Nombre común Ajo, ajete, ajo andaluz, ajo blanco, ajo castellano, ajo morado, ajo sanjuanero, ajos porros, rocambola
Nombre científico Allium sativum
Reino Plantae
División Magnoliophyta
Clase Liliopsida
Orden Asparagales
Familia Amaryllidaceae
Género Allium
Especie A. sativum

 

Descripción

El ajo es un vegetal perenne con hojas aplanadas y delgadas, que pueden alcanzar los 30 cm de longitud. Las raíces alcanzan con facilidad profundidades de 50 cm o más. El bulbo, de piel blanca, forma lo que comúnmente llamamos cabeza. Se divide en gajos llamados dientes. Cada cabeza puede albergar entre 6 y 12 dientes. El diente se encuentra envuelto en una delgada capa de color blanco o rojizo.

Cada diente puede ser origen de una nueva planta de ajo, ya que poseen en su base una yema terminal. Es capaz de germinar incluso sin necesidad de plantarla. El brote puede aparecer a partir de los tres meses de la cosecha. Dependiendo de la variedad y condiciones de conservación tardará más o menos en hacerlo. Las flores que da la planta son blancas, y en algunas especies el tallo también produce pequeños bulbos o hijuelos.

 

Hábitat y distribución

El ajo tiene su origen en la región asiática en la que en la actualidad se encuentran desde China hasta Irán. Pero el hombre extendió su cultivo a gran velocidad por Europa y el Mediterráneo. Allí, con el tiempo, se han creado muchas variedades propias.

Para cultivarlo, se siembra normalmente a unos 3 cm de profundidad a finales de invierno, cuando el diente ya ha empezado a brotar. Hay que regarlo a diario, y dependiendo de la variedad, pueden recogerse entre 15 y 70 días más tarde. En cuanto al suelo debe estar bien drenado,  sea cual sea el tipo. La fertilización de esta planta es mayor a la de otras hortalizas. Por eso se suelen plantar en rotación con cereales, que dejan el suelo con mucha materia orgánica.

 

 

Usos medicinales del ajo

El ajo posee distintas propiedades medicinales. Se emplea como diurético, para mejorar problemas de retención de líquidos. Como antiséptico, para prevenir y contrarrestar infecciones microbianas. Es antifúngico, para prevenir infecciones de hongos. También hipotensor, para bajar la presión arterial. Hipocolesterolemiante, para contribuir a reducir los niveles de colesterol en sangre. Antiateromatoso, para tratar los ateromas. Antiagregante, para reducir el riesgo de coágulos en la sangre. E hipoglucemiante, contribuyendo a reducir los niveles de azúcar en la sangre.

También se puede emplear como expectorante. Da excelentes resultados ante enfermedades agresivas de las vías respiratorias como la tuberculosis, la tos ferina y otras similares. Contribuye a despejar las vías respiratorias rápidamente.

 

Preparación del ajo

 

Ajo crudo

Para poder obtener los efectos terapéuticos del ajo, es recomendable tomar el ajo crudo todos los días. El fin es ofrecer alivio a gran parte del organismo. Quien lo consuma tiene que saber y ser consciente que el ajo provoca muy mal aliento. Por esta razón es importante que se tome con limón, o puedes masticar luego un trocito de canela, esto te puede ayudar un poco.

 

Decocción de ajo

Otra forma de aprovechar las propiedades del ajo es utilizando la decocción. Para este método se cogen unos tres o cuatro dientes de ajo y se ponen a hervir en un litro de agua. Mediante el hervor se pierde una gran parte de su fuerte sabor y su olor desagradable. Además es más cómodo ya que se pueden beber dos vasitos durante el día. De esta manera son menos fuertes los olores corporales que despide quien lo consume.

 

Maceración en vinagre

Y una tercera manera el tomar ajo macerado en vinagre. La maceración tiene un sabor demasiado fuerte, aunque muchas personas lo prefieren así a pesar de los malos olores corporales. Las personas aseguran que no importa cómo les quede su aliento y otras partes de su cuerpo, ya que sólo les importa estar sanos y con el ajo lo lograrán.

Video sobre el ajo

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