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EL BOCIO

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EL BOCIO: ¿CUÁNDO HAY QUE OPERARLO?

El bocio indica que existen nódulos en la tiroides que pueden provocar síntomas como tos, ronquera, afonía o dificultad para tragar o respirar. La opción quirúrgica dependerá de la gravedad de los síntomas.

 

ES UNA ENFERMEDAD MÁS COMÚN ENTRE LAS MUJERES.

Cuántas veces hemos oído hablar del bocio, pero… ¿sabemos lo que es? Aunque ya no suele usarse este término, se trata del aumento de tamaño de la glándula tiroides. Esta inflamación puede estar provocada por varias causas. Aparentemente, puede aparecer un bultito en la parte frontal inferior del cuello, debajo de la laringe pero, si bien normalmente no tiene por qué tratarse de un tumor o un cáncer, es necesario realizar el estudio oportuno para establecer la causa que lo provoca. Hay otras ocasiones en las que no se aprecia a simple vista y solo se detecta a través de la palpación en esa parte del cuello.

¿QUIÉN LO PADECE?

El bocio suele darse frecuentemente entre las mujeres y el riesgo de padecerlo aumenta a partir de los sesenta años. También suele aparecer a lo largo del embarazo, cuando se lleva una dieta baja en yodo o si se tienen antecedentes familiares. Asimismo, puede darse en varones, aunque es menos común, o de forma transitoria en niños recién nacidos de madres tratadas, durante el embarazo, con fármacos antitiroideos por hipertiroidismo o cuando han estado expuestos a radiaciones (rayos X) en la zona del cuello o en el tórax.

FALTA DE YODO

Una de las causas más frecuentes de que aparezca el bocio es la deficiencia de yodo, ya que nuestro organismo necesita este micromineral para producir la hormona tiroidea. Si no cuenta con el nivel suficiente de yodo, se agranda para intentar absorber todo el que pueda. Además de esta hay otras posibles causas, como cuando el sistema inmunológico ataca a la glándula tiroides, ingerir de forma habitual medicamentos con compuestos yodados -como el carbonato de litio-, el tabaquismo o haber sufrido infecciones que llevan a la inflamación de la glándula tiroides, o la presencia de tumores.

PRESENCIA DE NODULOS

Aunque la forma más común del bocio es por la aparición de un nódulo pequeño que va creciendo hasta convertirse en una masa grande en la parte frontal del cuello. Las sensaciones que puede producir son compresión en la garganta, dificultades a la hora de tragar y/o de respirar, dolor en la zona del cuello, ataques de tos, ronquera o afonía e incluso pueden aparecer síntomas propios de desarreglos de la glándula tiroides, tanto de hipotiroidismo como de hipertiroidismo.

Estas son las razones por las que el endocrinólogo puede decidir someter al paciente a una intervención quirúrgica, para extraer el nódulo y eliminar todos esos síntomas que hacen su vida más complicada. Si te notas un bultito en el cuello, acude al médico. El diagnóstico es sencillo, tan solo requiere una serie de pruebas. La ecografía, que es la más común. Y la gammagrafía, con la que se consigue una visión nítida de la tiroides.

 

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