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EQUINÁCEA

equinácea

EQUINÁCEA

La equinácea de hoja estrecha (nombre científico Echinacea angustifolia) es una planta herbácea de la familia Asteraceae nativa de Norteamérica. Posee las mismas propiedades y características que la Echinacea purpurea. Pero difieren esencialmente por la anchura de las hojas que son más estrechas en la primera.

 

Taxonomía

Nombre común Equinácea, Echinacea
Nombre científico Echinacea angustifolia
Reino Plantae
División Magnoliophyta
Clase Magnoliopsida
Orden Asterales
Familia Asteraceae
Género Echinacea
Especie E. angustifolia

Descripción

Es una planta herbácea de raíz negra y gusto picante. Llega a alcanzar el metro de altura. Sus hojas son enteras y lanceoladas y presentan tres nervaciones. La flor tiene lígulas estrechas de color rosa o púrpura. La flor interna es tubular y de color amarillo pálido. El receptáculo tiene espinas. De ahí el nombre genérico de la planta (Echinacea, deriva del griego «echino», que significa espinoso).

Hábitat y distribución

Originaria de las grandes llanuras del Oeste y centro-oeste de los Estados Unidos. Se encuentran en Iowa, Kansas, Minnesota, Misuri, Nebraska y las dos Dakotas. También en Oklahoma, Colorado, Montana, Wyoming, Nuevo México y Texas. Del mismo modo, en el Canadá occidental (Saskatchewan). Cultivada como ornamental en otras partes.

 

Usos medicinales

La equinácea se usa con más frecuencia para atenuar los síntomas del resfriado común. Las dos principales propiedades de la planta lo permiten. Primero, su capacidad para robustecer y estimular el sistema inmunitario. Y es que se trata de un antibiótico natural capaz de activar nuestra producción de leucocitos. Y, segundo, también como antiinflamatorio.

Está demostrado que la equinácea contribuye a disminuir la fiebre y la mucosidad. También la tos asociada no sólo al resfriado sino también a otras enfermedades del sistema respiratorio. Así facilita y acelera el proceso de recuperación. En cierta medida contribuye a su prevención. Pero hay estudios médicos que no confirman que podamos evitar dichas patologías. Pero sí minimizar sus efectos.

Otros usos medicinales

La equinácea no sólo se utiliza para tratar las enfermedades del aparato respiratorio (sinusitis, faringitis, bronquitis…). Esta planta también tiene otra serie de aplicaciones. Mayoritariamente relacionadas con los procesos infecciosos, ya que funciona como bloqueador de la acción de virus y bacterias. Por ejemplo:

La equinácea está recomendada para tratar un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). También con el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC). E incluso en personas con cáncer, debido a su capacidad antiinflamatoria y de reforzamiento del sistema inmune, ya mencionadas.

Además, por tratarse de un potente cicatrizante, también puede aplicarse de forma tópica. Así se utiliza para tratar diferentes infecciones. Y patologías en la epidermis. Desde heridas, quemaduras y eccemas hasta la psoriasis. También herpes, picaduras, furúnculos, hemorroides o abcesos, entre otros.

Farmacología

Se usa por vía externa tópica. Trata úlceras, llagas, heridas y otras afecciones, no solamente de la piel.

La equinácea es un motor inmunitario capaz de potenciar las defensas del organismo. Es eficaz contra dolencias infecciosas e infecciones provocadas por virus. También es inmunoestimulante al aumentar las defensas inespecíficas. Además, activa la formación de leucocitos. Bacteriostático pues bloquea la hialuronidasa. Así impide que se extiendan las infecciones, favoreciendo la curación de las heridas. Antitérmico, antiinflamatorio, antiviral, aperitivo, digestivo, colerético, sialagogo, diaforético.

Las propiedades arriba descritas no han sido comprobadas científicamente. Como consecuencia, la utilización terapéutica no es recomendable. En particular por vía parenteral. Aunque goza de venta libre en el comercio naturista, hay que tener precauciones.

Muy útil como complemento en la prevención y tratamiento de afecciones respiratorias. Por ejemplo, gripe, resfriado común, faringitis, rinitis, sinusitis y bronquitis. La tintura se usa en forma de colutorios en abscesos dentarios. También en baños, pomadas o compresas sobre quemaduras, heridas purulentas, forúnculos, acné, inflamaciones o ulceraciones dérmicas.

Contraindicado con el embarazo, lactancia y hepatopatías. No se recomienda usarla en casos de tuberculosis, colagenopatías y esclerosis múltiple. Tampoco en casos de síndrome de inmunodeficiencia adquirida y otros desórdenes inmunológicos. En todos estos casos, es necesario que el médico evalúe la conveniencia de su administración y supervise el tratamiento.

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